Ya se sumerge en ocaso sol enrojecido, en mar cansado de fecunda ancianidad, la noche estrellada, se cierra con serenidad, como relevo del gran milagro acontecido.
La cúpula estelar brilla con solemnidad, sus estrellas relucen para un sol dormido. Chipiona, como testigo de lo acontecido, reposa erguida y orgullosa de felicidad
El mar hermanado se funde con el faro, la salina playa es humedecida de su caricia, dibujando un encintado brillante a su paso.
No he dormido esta noche de paz y poesía, testigo soy de hermosa porfía entre mar y cielo, es el velo de Chipiona bordado en armonía.